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Un fuerte pedido de prisión a una mujer que mató para vengar un abuso sexual

Se realizó la audiencia preliminar de la investigación sobre el asesinato del albañil Jesús Ledesma, en julio de 2022, en Funes. El fiscal Gastón Ávila pidió 18 años de cárcel para la autora del crimen, y 4 años para su pareja.

Un fuerte pedido de prisión a una mujer que mató para vengar un abuso sexual

Se realizó la audiencia preliminar de la investigación sobre el asesinato del albañil Jesús Ledesma, en julio de 2022, en Funes. El fiscal Gastón Ávila pidió 18 años de cárcel para la autora del crimen, y 4 años para su pareja.

Un crimen macabro y premeditado, como posible venganza por un intento de abuso sexual en la ciudad de Funes hace tres años, desembocó ahora en un fuerte pedido de prisión para quien está señalada como la autora material del homicidio, una mujer de 39 años que habría pretendido hacer justicia por mano propia en su casa.

La jueza de primera instancia Eleonora Verón convalidó el pedido de Fiscalía de 18 años de cárcel para Luciana Stábile, como autora del delito de homicidio simple, y de 4 años y medio de prisión para su pareja, Julián Quintana, como partícipe secundario. Con estos, también hubo un tercer implicado, Joanatan Berón, que aceptó un año atrás en juicio abreviado una pena de 3 años de prisión en ejecución condicional por encubrir el crimen y facilitarlo a pedido de quien lo consumó.

El caso no tuvo la repercusión debida en su momento porque la víctima, el albañil Jesús Ledesma, de 65 años, simplemente había desaparecido de los lugares que frecuentaba, y su búsqueda demoró dos meses hasta el hallazgo de sus restos, a la vera del arroyo Ludueña en jurisdicción de Pérez. Solo a partir de la autopsia se determinó que el hombre había sido asesinado.

La reconstrucción de los acontecimientos, en la pesquisa dirigida por el juez Florentino Malaponte, ubicó los hechos el 6 de julio de 2022 en una vivienda de calle Los Alamos al 100 bis, una zona residencial de Funes situada a una cuadra de la avenida Illia, a la altura de la garita 4.

Según las pruebas en poder de Fiscalía, la víctima era conocido por sus victimarios. Se ganaba la vida como albañil, por lo que solía frecuentar esa vivienda, cercana al lugar donde solían contratarlo, sobre avenida Illia al 100. Al parecer, Ledesma fue acusado de haber intentado una situación de índole sexual con una adolescente, hija de Stábile. Aquel día, Luciana Stábile invitó a Ledesma a almorzar, en virtud de una relación amistosa que tenían, según declararían allegados a Ledesma en la investigación. También Quintana habría realizado llamados al albañil para que “ubicarlo a esa hora en el domicilio”, indicó la acusación.

Para el fiscal Damián Cimino, Stábile ultimó a Ledesma aunque “en una forma aún no determinada”, algo que la autopsia al parecer no pudo esclarecer debido al transcurso del tiempo hasta el hallazgo del cuerpo.

Lo que sí afirmó el fiscal en la audiencia preliminar es que la mujer estuvo “motivada por un ánimo de venganza desencadenado por un hecho de abuso sexual que Ledesma intentó realizar respecto de una menor de edad”. 

Ávila añadió que Quintana “tenía pleno conocimiento de los planes de Luciana Stábile”. Una vez consumado el crimen, ella acudió hasta la casa de Quintana y le pidió ayuda para deshacerse del cadáver. La pesquisa los ubicó a las seis de la tarde de aquel día en la escena del crimen. Dejaron el cuerpo de Ledesma en la casa y fueron con su auto, un Renault Scenic, hasta el domicilio de Jonatan Berón, quien les prestó un tambor de 200 litros utilizado usualmente para envasar el aceite automotor a granel. Stábile y Quintana se lo pidieron y Berón accedió. Cargaron el tambor en el auto y volvieron a la escena del crimen. 

La pareja introdujo el cuerpo de la víctima dentro del barril y lo arrojaron al arroyo Ludueña, en la zona rural de Pérez.

La familia de Ledesma buscó con incertidumbre y angustia por dos meses. Una de las hijas de la víctima había contado que su padre vivía en la zona sur de Rosario, en el barrio Plata, pero cuando tenía trabajo como albañil en Funes solía pernoctar arriba de su Peugeot 504, estacionado sobre la avenida Illia (ex Fuerza Aérea), donde pasaba la noche y luego acudía a cumplir su labor.

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